lunes, 17 de enero de 2011

Renuncia

Me Rindo,

Amor,

He esperado en vano la reacción a mi misiva anterior, he esperado que me comentes lo que con sentimiento puro y honesto plasme en esas hojas; sin embargo, no ha pasado nada, nos vemos como siempre, nos tratamos como siempre, me ilusiono como siempre y me lastimas como siempre…

Que frustrante es buscar sin éxito el modo de amarte, de entenderte, de procurarte, de estar contigo, que no hay anhelo más grande para mí que el estar contigo, que dolor, que angustia me invade cuando me acerco a ti sonriente y veo tu mirada desafiante, diciendo tanto que, aunque de tu voz no emane sonido alguno mis corazón lo escucha, lacerando mi alma y a la vez sintiéndome culpable de algo que no hice, o que hice como respuesta a tus ironías y en respuesta, cual venganza absurda lanzas la puya que toca mi alma y me derrumba.

Mi camino no tiene más alternativas, me encontré, en cada uno que intente seguir a un ser versuto, muy diferente al que conocí en mi juventud, el ser que ciegamente seguiría hasta el mismo inferno si él lo pidiera. Tristemente ese ser ya no siente lo mismo, aunque quiera verte como un hombre mas que se acercó a mi vida solo para dejar un mensaje y como tal se perdiera en el tiempo, en mi razón, en mi ser, en mi vano intento por albergar el sueño de ser amada por ti y solo por ti… me rindo, me desgarro las ropas y enfrento la realidad, el amor tiene un significado distinto para ti que para mi, para ti es control, sumisión, poder… para mi es entrega, tolerancia… no, no puedo continuar con este esfuerzo fútil.

Me rindo, renuncio a seguir buscando tu amor, a continuar con esta lucha de fuerzas desiguales, en esta guerra que nadie va a ganar y que al paso del tiempo tu recuerdo me llenará de tristeza, aunque no de olvido.

Esta vez no espero respuesta, ni intentes buscarme, mi renuncia es irrevocable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario